Desokupa, entre la polémica y el servicio público: 3.000 euros por desalojar una casa en un par de días.
-Desokupa ¿dígame?
-Buenos días. Mira, te quería hacer una consulta.
-Dime.
-Soy abogado y tengo un cliente que le han okupado…
-¿Tu nombre?
-Juan.
-Hola Juan, yo soy Daniel, el dueño. Déjame un móvil y en cuanto pueda te llamo.
Y así hasta más de 300 peticiones al día. Ellos son Desokupa, una empresa que ha navegado entre la polémica y “el servicio público” desde que saltara a los medios. Sus prácticas para desalojar los pisos okupados, puestas en duda por muchos, son legales y lícitas, según explica la compañía, si bien la sombra de la supuesta violencia que ejercen para conseguir su objetivo sigue presente en cada una de las desokupaciones que hacen. Daniel Esteve, fundador de la empresa, recibe a idealista/news en su despacho para aclarar las dudas y explicar cuáles son y cómo ejercen sus técnicas para devolver una casa okupada a su propietario en menos de una semana y por un precio a partir de los 3.000 euros.
Con sede en Barcelona, Desokupa no cuenta ni en su página web ni en sus tarjetas con la dirección de sus oficinas. Desde su fundación, el responsable de la empresa ha recibido amenazas de muerte constantes. Daniel Esteve decidió emprender con Desokupa tras formarse como agente de seguridad. “Un amigo mío me comentó que tenía un edificio okupado en el Raval y quería saber si conocía alguna técnica para desokuparlo, y así empezó todo”, explica Esteve.
“Se me ocurrió poner en marcha el control de acceso -desvela Esteve- cuando el okupa abandona la propiedad, ya no puede volver a entrar”. El directivo explica que este tipo de control sólo se utiliza en caso de delincuencia. “A una familia con niños, una embarazada o simplemente personas que nosotros sabemos que okupan por necesidad, negociamos con ellos o les reubicamos”.
Sin lugar a dudas, lo que más impresiona de la empresa y sus dueños es la frialdad, pero también la seriedad. Tanto que en ocasiones es un poco enigmática. “La plantilla de Desokupa está formada por mediadores, procuradores… pero el formato que se ha querido vender de Desokupa es el típico tío tatuado que es boxeador y que va repartiendo ‘ostias’, y la verdad es que soy una persona con dos carreras que habla cinco idiomas –incide Esteve-; pero eso no interesa decirlo así”. La plantilla de la empresa está formada en la actualidad por 47 personas.
El directivo empieza a relajarse un poco y enseña un número de la revista Forbes, en la que le han dedicado una página. “Le hemos dado la vuelta a todas las acusaciones, la prensa se ha cebado mucho con nosotros y sólo somos una empresa que ofrece un servicio público que no está cubierto por la justicia de manera efectiva”:
¿Cómo actúan?
Para cada caso hay una forma de actuar. “No siempre se funciona con el control de acceso: se media con el okupa, pero siempre vamos un paso más allá. Si es una familia con niños, que de verdad necesita un sitio donde vivir, se les ayuda, pero también puede ser una familia que está bajo las órdenes de una mafia y en ese caso, no tenemos reparo”, asegura Esteve. “La que okupa por necesidad te dice que necesita un alquiler social. La que opera bajo el mando de una mafia te dice que por 10.000 euros se va”. Ahora mismo, Desokupa gestiona 30 operativos a la semana.
En la actualidad, el 80% de los clientes, por desinformación, denuncian la okupación. “Cuando se da este caso, trabajamos en paralelo con el juzgado, aunque nosotros somos mucho más rápidos. No obstante, el cliente puede llamarnos a nosotros directamente, ya que es mucho mejor: si denuncias, como ya está siguiendo un cauce legal, tú no puedes entrar de nuevo en tu casa, ya que estás allanando la morada del okupa”, exclama Esteve con cara de sorprendido.
Plazos y precio
Los plazos dependen de cada caso. “Yo he hecho desokupaciones que he tardado dos minutos de reloj y otras una semana. No hay un máximo ni un mínimo estipulado, si bien nueve de cada diez casos acaban en éxito antes de una semana”.
Desokupa actúa a partir de 3.000 euros, si bien Esteve no quiere dar detalles sobre la desokupación más cara que han hecho. “Son precios a medida y en él se incluye el procedimiento civil con abogado y procurador”. La compañía no garantiza el éxito, “porque aunque tengamos un 93% de eficacia, hay casos que son imposibles”.
“Por ejemplo, una familia con cinco niños, empadronada, escolarizada, con luz, agua y gas dado de alta a su nombre, que se lleva bien con sus vecinos y que está protegida por el ayuntamiento. Es un caso imposible”.
En cuanto al precio, si bien reconocen que «es elevado», Esteve explica que no se financia. “Si no tiene fondos, no se desokupa. Y lo podemos justificar: si haces cuentas, no somos caros. Tienes un piso en alquiler que le sacas 700 euros al mes, te lo okupan y no lo recuperas hasta un año y medio después. Estás perdiendo, de inicio, 12.600 euros, a lo que tienes que sumar unos 7.000 euros de recuperación. Yo te cobro 3.000 euros y en una semana lo tienes. Seguramente no pensarás que soy caro, sino que me convertiré en tu mejor amigo”.
No obstante, Esteve cuenta que también actúan sin dinero de por medio cuando un caso está justificado y el cliente no va a poder pagar su actuación de ninguna manera. “Cuando es una persona mayor, por ejemplo, que sabemos que no lo puede pagar, actuamos por voluntad propia y sin negocio de por medio, y lo hacemos con mucho gusto”, dice Esteve.
El negocio
La empresa ya ha hecho sobre 2.500 desokupaciones, y el perfil del cliente es propietario particular. “No hay un perfil concreto. Ni por zonas. Si bien no solemos ver okupaciones en zonas como la Diagonal en Barcelona o el barrio de Salamanca en Madrid, porque hay porteros en las fincas”, argumenta el directivo.
“En Barcelona barrios como El Raval, El Gótico, Gracia… el 33% de los pisos de estas zonas han sido okupados en alguna ocasión. En Madrid, sobre todo pisos en Vallecas, La Latina… Pero operamos en toda España, porque se okupa en todo el país”, insiste.
Según Esteve, hay más empresas de este tipo, pero lo hacen mal. “Me han visto actuar y han pensado: me voy a forrar haciendo lo mismo que él. Pero no tienen póliza de Responsabilidad Civil, ni tienen asegurada a la gente, no tienen autorizaciones… y encima se hacen pasar por mí. Dicen que son de Desokupa y es mentira”, sostiene el ejecutivo.
“El negocio es tan jugoso que tenemos peticiones de franquicia en toda España. Unas 40 personas han pedido abrir su propia oficina a una media de 200.000 euros por franquicia y no he vendido ninguna, porque perdería el control de mi empresa. Empezaría a haber denuncias de agresiones… y no me merece la pena. En lo que llevo en este negocio, me han puesto 57 denuncias falsas y el resultado han sido 57 absoluciones», explica.
“Este año llevo casi 10 intentos de apuñalamiento, me han disparado dos veces y me han puesto una bomba. Salgo a la calle con un chaleco antibalas y sí, me merece la pena. Me gusta mi trabajo, me gusta salir a la calle… lo que no me gusta es estar en el despacho. Me gusta ayudar, ir con los chicos a los operativos…”, dice Esteve con una sonrisa en la cara.
Antes de despedirnos, Esteve recuerda algunos de los casos más curiosos a los que ha hecho frente. “He desokupado pisos de madres okupados por los hijos, muchos temas entre familias, herencias… recuerdo una familia estar enterrando al padre y uno de los hermanos, ‘yonki’, estar okupando la vivienda y robando todas sus cosas… Okupaciones en fincas o pisos de famosos… todo lo que puedas imaginar y más”, concluye el directivo.
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